jueves, 31 de diciembre de 2009

2009

Un año más de vida, un año menos de vida. Como decía Einstein, todo es relativo, y el 2009 se marcha a donde habita el olvido, llevándose consigo buenas y malas cosas. Entre las pérdidas: lamentable la fuga de Benedetti, el escritor que cerró el paréntesis de su existencia; las muertes que acapararon un día sí y otro también las planas de los periódicos, incluidas las de comunicadores ejecutados como si de capos se tratara; la instalación de la psicosis como estilo de vida; la dictadura del sector salud gracias al golpe de estado que significó la influenza; primero porcina, luego humana; el primer cumpleaños del Parque Fundadores en su nueva categoría de elefante blanco; la caída del PAN y el encumbramiento del PRI; la representación de la Divina Tragicomedia en Iztapalapa, con la actuación estelar de Juanito, el nieto de Felipe Ángeles que voló cerca del sol con licencia de vuelo apócrifa; las poses de Juanito a pecho descubierto en el concurso de físico-culturismo; la aprobación del 16 por ciento del IVA; los presidenciables que suenan para la grande en el 2012; el clausurado bulevar Río Nazas, sobre todo el tramo al que habían sido reubicados los camiones Torreón-Gómez-Lerdo; la militarización de la vida en sociedad; el trono que deja vacante Michael Jackson, el desempleo, los más de cincuenta millones de pobres y sumando y el empeoramiento en el nivel de vida; la guardería ABC, su exceso de víctimas y su carencia de culpables; las declaraciones del clero sobre las uniones de homosexuales; las leyes anti aborto en una mayoría de los estados del país; el desempeño del Santos Laguna y los mocos de Reynoso en un juego de Libertadores; ¿alguien sabe dónde quedó el cine mexicano?; la vuelta del dengue; los aumentos en el precio de los hidrocarburos; el papel de Estados Unidos en la Copa Confederaciones que demuestra quién es el mandón de la Concacaf.
Del lado positivo, los Vaqueros Laguna que le recordaron a sus fanáticos la emoción de ganar en los playoffs; la resurrección de la selección nacional y el boleto a Sudáfrica; el estreno de Avatar; La Era del Hielo 3; los conciertos que hubo, a nivel local, Babasonicos, a nivel nacional, Metallica, Radiohead; la interpretación de Piazolla con Cesar Olguín en el Teatro Nazas y los artistas unidos por la Paz en ese mismo escenario; la abundancia de información en internet sobre las grandes mentiras del año; el video de la maestra Elba Esther Gordillo hablando de la influencia AHLNL; la inauguración del nuevo territorio guerrero y las rechiflas que se dejaron escuchar a pesar de la voz de André Marín; varios camiones letrados de la Ruta Norte de Jaime Muñoz; el intento de rescate del Centro Histórico; el estacionamiento de la Alianza y la Harinera; aunque también es un alivio el fin de la administración de José Ángel Pérez; los video-escándalos de las famosas; el twitter; el invencible Barcelona de Pep Guardiola y Messi; el nuevo Madrid galáctico; el “y que la sigan chupando” de Maradona; las funciones de box en televisión abierta y las demostraciones del “Pacman” Pacquiao; la lista de las 40 deportistas que podrían fácilmente dedicarse al modelaje; las proezas en la pista de Usain Bolt; las impresionantes fantasías hechas videojuego que le permiten a uno, además de evadirse, tomar roles únicos, como el de convertirse en el quinto “beatle”; el tiempo que duraron libres de ambulantes las aceras del Centro de Torreón; las obras para construir el Sistema Vial Alianza.
Dice Ernesto Sabato en El Tunel que vivir consiste en construir recuerdos. En su poema “En Paz”, Amado Nervo habla de que uno es el arquitecto de su propio destino. Sea cual sea el trazado que demos a nuestra existencia, los cimientos, las paredes y los acabados siempre tendrán algo de emoción, algo de razón, algo de alegría, algo de tristeza, de elementos dispares que a nosotros nos toca domar, medir, domesticar, mantener, magnificar. Este breve recuento no tiene otro propósito que el de recuperar algunos de los momentos que dieron forma al 2009, un año que san se acabó y con su partida nos brinda una nueva oportunidad de alzar la copa como aquellos bohemios de Guillermo Aguirre y Fierro, para explayarnos, en torno de una mesa de redacción, antes de que llegue el 2010 con sus nuevos impuestos no sólo monetarios, sino también emocionales, espirituales, intelectuales, físicos y con todo aquello que nutre los anuarios de la Comedia Humana.

martes, 29 de diciembre de 2009

Viejo centro nuevo 3

 
Esta foto me costó un altercado con uno de los guardianes del orden de la preventiva municipal. Ambos perdimos tiempo valioso discutiendo acerca de la perspectiva, que incluye, en el lado derecho, parte de la pared y las ventanas de una sucursal bancaria.
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Paseos llenos

 
Un amigo puestero me pidió esta foto de los paseos comerciales como nunca se habían visto: llenos de transeúntes embebidos en el espíritu consumista de la navidad. Aclaro que sólo se vieron así las áreas cercanas a la avenida Hidalgo. Del lado de la Presidente Carranza, el abandono fue el mismo. Supongo que la foto le servirá a mi amigo para confortarse con el recuerdo de los buenos días en caso de que el 2010 sea un año malo para el comercio en los puestos de los ambulantes fijos.
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lunes, 28 de diciembre de 2009

Niño y churros

 
Tercera imagen del centro, un mundo en movimiento sobre una larga diagonal, mientras un niño observa con atención al lente que pone en la balanza el rostro infantil y el rollo de churros para la venta.
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Viejo centro nuevo 2

 
Segunda imagen del viejo centro nuevo, donde se demuestra la vocación simétrica de los módulos, y de las estructuras que complementan el hogar de los ambulantes fijos.
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Viejo centro nuevo

 
Primera de una serie de fotos que subiré del viejo centro nuevo de Torreón, con sus vagones de ambulantes apostados frente a los edificios históricos de la ciudad.
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miércoles, 23 de diciembre de 2009

Tamborero

 
Seguimos con la cosecha de imágenes Diciembre 2009 esta vez con el tamborero de una danza de matachines.
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Peregrinos

 
Un poco tarde, pero aqui una muestra de lo que fueron las peregrinaciones a la parroquia de Guadalupe en este 2009. Las ráfagas de color pues son integrantes de una danza azteca.
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Vénguenos tu reino

En estos días clamorosos, bulliciosos, con la gente aglutinándose en la avenida Hidalgo como si tiendas y puestos regalaran sus mercancías, mi espíritu navideño se ha visto opacado por cautas reflexiones sobre uno de mis temas cinematográficos favoritos: la venganza. Por sí sola esta palabra debería constituir un género, sin importar que la película en cuestión utilice el tinte neblinoso del suspenso, o retrate piruetas de acción desenfrenada, o proponga elementos sobrenaturales o cómicos.
Apenas a principios de semana, tuve ante mis ojos un filme de acción oriental de este año, dirigido por Johnnie To, protagonizado por Johnny Hallyday, un actor cantante francés, titulado simplemente Venganza. No hay más que agregar. Si usted, se encuentra esta película, haga de cuenta que leerá un libro como El mayordomo asesino.
Algunas obras me han dejado profundamente marcado. La trilogía de Chan-Wook Park comienza con la cinta Simpatía por Señor Venganza, en ella, el ojo por ojo se repite una y otra vez, formando una rima visual, y así verso a verso, crimen a crimen, se forja un poema de sangre donde el que a hierro mata, acaba asfixiado, electrocutado, bateado, navajeado y demás. La segunda parte se llama Oldboy y es una cumbre eléctrica y poderosa. En español la bautizaron como Cinco días para vengarse y es la odisea moderna de un hombre normal convertido en un violento Ulises, capaz de reventar el cráneo de sus enemigos a golpe de martillo. La tercera parte, Simpatía por Señora Venganza, es la única que he podido ver en una sala cinematográfica. Hace tres o cuatro años la exhibieron como parte de la Muestra Internacional de Cine. Recuerdo que en menos de 20 minutos la mitad del público abandonó la sala. Yo me quedé hasta que en los créditos finales salió la leyenda de “los personajes de esta historia son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia” y en verdad me dolió que se terminara.
Mi afición por el cine de venganza, se cimentó desde la tierna infancia, y esa filiación conserva los rasgos impasibles, el gesto imperturbable de Charles Bronson, el Vengador Anónimo que retacaba de plomo a pandilleros y ladronzuelos, la escoria de la sociedad que asesinó a su esposa y violó, y en la segunda parte mató, a su hija.
¿A qué viene este recuento de revanchas? Pues a que el ojo por ojo y vida por vida se ha vuelto parte del día a día en nuestro país. Lo que antes encontraba en las carteleras y los anaqueles de los videoclubs, ahora lo encuentro en las planas de los medios impresos. Seguramente ya se enteró de la triste fortuna de los familiares de Melquisedet Angulo Córdova, marino fallecido en el operativo que acabó con la muerte de Arturo Beltrán Leyva. Si no se ha enterado le diré que la madrugada de este martes, al sonoro rugir de cañones R15 y AK 47, un grupo de sicarios asesinó a la madre, una tía y dos hermanos del extinto Contra Maestre.
En los días que siguieron al operativo en el Altitude de Cuernavaca, Morelos, se difundieron las fotografías, cruentas y vergonzantes, adjetivo robado al Secretario de Gobernación, del cádaver de Arturo Beltrán Leyva, recostado en el suelo y cubierto de billetes ensangrentados. Todo mundo salió a decir, “yo te lo juro que yo no fui”. De cualquier modo, el mensaje fue enviado y la réplica no tardo en presentarse.
Antes, en mayo de este año, Edgar Millán, coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal llegó a su casa y ya lo estaban esperando. La noche cubrió sus ojos en venganza por los operativos contra el tráfico de drogas que él dirigía.
Cuando se trata de cine, la venganza es un motor inmejorable para llevar a buen término el proceso de catarsis. Cuando se trata del día a día, duele y mucho. Hay una película llamada Sospechosos Comunes, con Kevin Spacey. La trama visible es el reclutamiento de un grupo de maleantes para llevar a cabo un golpe riesgoso aunque multimillonario; la trama encubierta, el verdadero hilo argumental de la cinta que se va revelando de a poco, teje una telaraña inestimable sobre la identidad de un demonio mítico, llamado Kayser Soze, un ser humano enloquecido por la muerte de su familia, que no conforme con asesinar a los homicidas, le sigue con los familiares, amigos, conocidos y toda la gente que guarda relación con los victimarios de su cordura.
Cuando leo las noticias, me demuestro una y otra vez que la ficción es apenas un apéndice, un conjunto de anécdotas triviales que palidece cuando se compara con el molde original, la realidad y su cara de holocausto caníbal.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Lamento efectivo con reelección

Hace tiempo que me agobia la tristeza y el recuerdo de otros tiempos me hace llorar, así debe sentirse el comerciante del Centro Histórico de Torreón inmerso en esa jungla de concreto estampado, cableados aéreo y subterráneo y vagones de tren convertidos en puestos de ambulantes, donde sólo aplica la ley del más fuerte y el menos fuerte paga por protección o se atiene a las consecuencias. Pero, ¿quién les manda dedicarse al comercio?, más les valdría aplicar las viejas fórmulas de ganarse la vida, que por efectivas no pierden vigencia.
Como cantaba el viejo ranchero sindicalizado exprés, una piedra en el camino me enseñó que más vale plaza en la mano que empezar el 2010 desempleado, no es para menos, la crisis económica es un catarrito con amplios deseos de superación, lo demostró cuando contravino los diagnósticos médicos y se convirtió en una pulmonía fulminante que nos tiene con el Jesús en la boca a falta de pan, y exceso de panistas que actúan de forma responsable y desinteresada por el bien del pueblo, más fregones que un Nobel ignorante. Pos como estará de dura la crisis y el desempleo que los políticos andan muy entrados con el tema de la reelección, sí sería una medida positiva para ya no andarle cambiando la cara al diablo a cada rato, de por sí con el espíritu chapulín que los posee cada seis meses tenemos que andar actualizando el directorio con los nuevos y rimbombantes cargos que se adjudican como si fueran títulos acuñados en la Plaza de los Impresores, lugar al que a las dos de la tarde entra un maístro yesero y una hora después sale un maestro en ciencias.
Y fue un maestro precisamente el que me contó la historia de Sultano Pérez que empezó el año como regidor, y lo acabó de alcalde, con tan buenos resultados que al año siguiente se cambió a congresista local donde a la vez fue presidente de la comisión de asuntos gubernamentales y creció tanto como persona que el local le quedó chico y para el segundo semestre se fue de federal, donde se repartió como integrante, secretario o presidente de las comisiones de asuntos institucionales, equidad de género y derechos humanos. Sultano Pérez vio que podía ascender más, extenuado por sus meteóricos ascensos se aventó unas vacacioncitas de un par de meses en el senado, donde también se las saben de todas todas en el arte de organizar comisiones, luego retomó las lianas con el ánimo festivo de un Tarzán posmoderno, sólo para descubrir que su tiempo había pasado, la dirigencia del partido le ponía freno a su ambición de gubernatura que chocaba con las pretensiones de Juan Fulano. Fue exiliado a la Secretaría de Gobierno y luego de un trimestre lo acomodaron en la Secretaría de Servicios Administrativos donde duró un record de ocho meses. En el ocaso de su carrera, fue presidente del consejo municipal, y luego estatal, de su partido, cargos que en total consumieron dos meses de su vida. Cuando se le creía políticamente acabado resurgió de sus cenizas, una llamada bastó para convertirlo en candidato a la alcaldía del municipio que ya había gobernado, y de nuevo llegaron las diputaciones de mayoría simple o relativa, fue otro año frenético para Sultano Pérez que, de nueva cuenta, acabó con la precampaña para la gubernatura, su derrota y su exilio como subdelegado regional del Instituto Federal de la Vivienda Obrera y Campesina, triste destino para un fiel soldado del régimen.
Dejando de lado esa tragedia, qué alegría cuando me dijeron que 2010 también será un año electoral, ya me estaba preocupando, ya ven como se le nubla a uno el entendimiento cuando no tiene al alcance comida, sustento, vestido, salud ni la paz verdadera, ahora sé que no me faltará, ni torta tricolor, ni camiseta verde, ni gorra azul, ni transporte gratuito, sólo necesito tramitarle unos cambios domiciliarios a mi membrecía de elector para acceder a todos los privilegios que la democracia ofrece.
Ayer tuve un sueño orgásmico, un harem de empleos en el gobierno me cortejaba y me invitaba a reposar en sus despachos con sillón reposet y capuchinera, yo despreciaba secretarias y direcciones como la muchacha segura de su belleza desprecia galanes y obsequios a cual más caro. Finalmente, me entregué a las impúdicas proposiciones de una cúrul legislativa que en tono cachondo me invitaba a hacer un sesentayfuero, con reelección incluida, mientras remataba sus lances diciendo “qué más quieres papi”. Con sueños como esos para qué despertar.

jueves, 10 de diciembre de 2009

 
Otra de esas imágenes que sólo es posible ver en el poniente de Torreón. El ferrocarril de camino al puente naranja, también llamado "puente negro" por su pasado de tablas hollinadas, junto a colonias como la Vista Hermosa y la Victoria.
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sábado, 5 de diciembre de 2009

  Amanecer poniente, es el título de esta foto, una imagen que muestra el cielo de diciembre, sobre los cerros de multicitadas colonias como la Durangueña o Cerro de la Cruz. No sé ustedes, pero este tipo de imágenes me devuelven la esperanza en que algún día volverán los tiempos menos díficiles. Un punto cardinal desde el que es posible apreciar obras como está, no puede ser tan malo.
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¿Para qué sirve una plaza?

Recuerdo mis primeras impresiones luego de leer en internet las notas publicadas en distintos medios impresos de la Comarca Lagunera; la indignación y la molestia multiplicadas como las cabezas de la hidra al descender por la escalera de los comentarios posteados; en época de crisis y con el cambio de partido en el poder a la vuelta, empleados de confianza del Municipio hacían uso de su influencia, su chequera o ambas cosas, para seducir y corromper al Sindicato Minoritario de Plazas y Jardines, cuyos líderes no son de palo y entregaban completito el folio sindical.
Así pensaba hasta antes de mi charla con uno de los involucrados. Cuando aparecieron las listas de los gandallas que, además de la chamba, conservarían sueldos de primer nivel, curiosamente envidioso como es uno, me puse a buscar rostros conocidos entre aquellos nombres expuestos a la denostación pública. Tenía preparados varios lances de humorística agresividad y no estaba dispuesto a desaprovecharlos, aunque debo reconocer que ninguno era particularmente ingenioso, si acaso una parodia de la entrada de Chavela Vargas en la canción Noches de boda, diciendo “Mire a Joaquín señor, ya se sindicalizó, pos que dizque no, pos que dizque sí”.
Por eso no puse objeción a permitir que el primer blanco de mis escarnios, llevara la voz cantante dentro de nuestra charla. Para empezar, argumentó que las sindicalizaciones al final del período de gobierno se han dado al menos en las últimas cuatro administraciones municipales. Explicó que se asigna un número de plazas, 90 por ejemplo, que se reparten del modo siguiente: 30 para cada sindicato y 30 más que son asignadas por el alcalde y que se reparten entre los dos organismos ¿al servicio? del Municipio.
En sus plazas, los sindicatos acomodan a trabajadores de confianza con antigüedad superior al promedio, entendido como un viejo trienio o el primer tetraenio de la nueva era, o sencillamente las subastan por aquello de viva la autonomía. En lo que respecta a las plazas asignadas desde la oficina presidencial, José Ángel Pérez, tiene razón, los ediles que lo antecedieron hicieron lo mismo. La diferencia estriba en que los munícipes anteriores utilizaban esas cuotas para “alivianar” a personas que, por su edad, ya no eran sindicalizables o que devengaban salarios modestos y mostraban eficiencia en su trabajo. Cuando se otorgaba la plaza a un jefe, era porque había desarrollado una buena labor y estaba dispuesto a ser reubicado a un puesto de menor calibre con depreciación salarial incluida. En la actual administración, en cambio, se tomaron en cuenta a jefes y directores que no cumplen con alguna o con ninguna de las características expuestas y que pretenden conservar sus privilegios después del 31 de diciembre de 2009.
Mientras mi interlocutor desmenuzaba sus puntos de vista, me trasladé a un expediente en el archivo de la memoria. Hace cinco años, fui invitado a una sesión de trabajadores sindicalizados en uno de nuestros municipios laguneros. Había cerca de 40 personas escuchando al líder. La arenga era básicamente la siguiente: “aguanten muchachos, ellos (directores y empleados de confianza) nomás van a estar tres años, nosotros nos quedamos, cuántas veces nos han dicho lo mismo, déjenlos que digan lo que quieran, no caigan en provocaciones, así es esto, si ustedes les siguen el juego, los van a correr y ellos van a meter a su gente”.
Ahora me explico la disputa pública entre una sindicalizada de cepa y una exprés. El consuelo de muchos trabajadores es que su jefe sólo estará en el cargo un par de años, luego vendrá otro, quizás mejor, quizás peor, pero al menos tendrá una cara distinta. Aquí no aplica el más vale malo por conocido, la amenaza de otros cuatro años padeciendo la misma voz, el mismo trato de los últimos 1460 días, eso sí calienta.
No defiendo ni a los sindicalizados ni a los de confianza. Si los gobernantes manejaran la nómina municipal con base en criterios de eficiencia y productividad, muchos de uno y otro bando no tendrían la menor oportunidad de conservar sus puestos. Pero eso es harina de otro costal de lodo. Al final de la charla, todavía aventuré mis más sinceras felicitaciones por su recién adquirida estabilidad laboral. El aludido respondió con tono afable, “¿para qué crees que quiero la plaza?”, y a mi gesto, similar al de quien cae en la trampa del cómo hacen los tontos, soltó: “para venderla, valen una lanota”. En ese punto entró la voz en off del locutor diciendo “hay cosas que el dinero no puede comprar, pero una clave sindical no es una de ellas”.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Visitas decembrinas

Cuando era niño, navidad significaba mover los muebles de la sala para acomodar el marchito árbol de ramas grises por la edad, y colgarle esferas de hilo rojo, cartones con la rechoncha imagen de Santa Claus, hombres de nieve y algunos renos y angelitos. Echábamos al suelo un par de bolsas de heno y en el centro de ese valle temporal, con lago de papel aluminio incluido, colocábamos el pesebre. Un hombre y una mujer daban la bienvenida al mundo a un bebé enorme de cabellos negros peinados hacia atrás. Ni mi hermano ni yo queríamos tocar la figura antropomorfa, con cuernos y cola, diabólicamente erguida, que no se molestaba en disimular su infelicidad por aquel nacimiento. Mis personajes favoritos eran los reyes magos, hoy, me resulta prácticamente imposible, ubicar el momento en que empecé a llamarlos “Malechor, Gaspior y Vaaasaltar”.
Los regalos surgían de sorpresa, de un momento a otro crecían como si la semilla de un carrito o de un robot hubiera estado sembrada todo el tiempo bajo el pino cruzado por la titilante enredadera de la serie navideña. Cuando llegaba la hora del rosario, mi hermano y yo nos escabullíamos hacia la recamara para observar los cuentos televisados que se transmitían en horario estelar en canal cinco, sí aquel del gato GC. Hoy comprendo que eran adaptaciones fieles de los textos de Andersen y de los Grimm, y me es fácil explicar el nudo en mi pecho al observar la mala fortuna de la sirenita convertida en espuma de mar, varios años antes del vivieron felices para siempre instaurado por Disney en el imaginario infantil.
Terminada la sesión televisiva, regresábamos a la sala justo a tiempo para quemar los aromas de plácido olor. Besar la frente del niño Dios, servido en un plato largo y redondo, nos permitía tomar un racimo de lunetas y extender la mano libre para asir el bolo con chocolates, caramelos, galletas, bombones y un relleno mayoritario de cacahuates. La colación es un buen referente del empeoramiento en la calidad de vida de los hogares, por magia del ajuste en los gastos los cacahuates se convirtieron en palomitas, las palomitas en chetos y los chocolates en manteca de cocoa.
Ya a mis tiernos 14 años, un viaje al pueblo de mis abuelos, enclavado a 30 minutos de Cuautla, municipio morelense, me dio la oportunidad de atestiguar otra forma de celebrar la navidad. Aquí, les decimos posadas, allá, arrulladitas. Kirie eleyson, cantábamos en comitiva con un tono que no he vuelto a escuchar en ningún año de mi vida, mientras caminábamos de hogar en hogar, entrando en moradas hospitalarias, donde nos esperaba un plato de pozole blanco, o la ración de tamal bola, manteca cocida antes de embarrarse en una hoja de maíz sin recortar, como si todavía trajera dentro la mazorca. Los bolos eran bolsas pequeñas de galletas de animalitos para sumergir en el café de olla, bebida doblemente dulce.
La alegría, es una constante universal de estas fiestas. Aún recuerdo la emoción de Patricia, mi prima, que me apremiaba para echar el botín en el morral y trasladarnos hacia el siguiente patio habilitado como posada. Hoy, mi prima vive en Los Ángeles esquina con California, al otro lado de la apancle del río Bravo, en ese ejido industrial magnificado donde las barras y las estrellas ondean como los sueños.
Quisiera recuperar aquello, no me gusta llamarlo recuerdo, porque las tierras de la memoria, fértiles al principio, se convierten en suelo estéril a fuerza de ararlas una y otra vez. Esta navidad, espero ser feliz, aunque no lo merezco. A lo largo del año he cometido varios errores no forzados, por emplear un término sacado del argot tenístico. He pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión, también por comisión, y siempre encuentro forma de justificarme. Eso es más sencillo que verse en el espejo. No sé necesita ser un Scrooge para recibir visitas espectrales. En la víspera de navidad, sesionará el Tribunal del Pasado y escucharé una fuerte reprimenda de su juez más severa: la conciencia; luego, vendrá el presente cargando un costal lleno de necesidades automáticas cuya satisfacción requiere expandir los límites de la propia moral; al final, me concentraré en el vacio futuro, con su aspecto de muerte, riguroso en su predicción de lápida y olvido. Si sobrevivo a los tres jinetes navideños de Dickens, prometo que a partir de enero, seré un niño bueno.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Paseo desierto y líquido

  Nunca le había tomado una foto al paseo comercial de la calle Cepeda, entre avenidas Hidalgo y Presidente Carranza del Centro de Torreón, un jueves por la tarde, con lluvia en el ambiente. Los puestos me recuerdan a los vagones del ferrocarril, cajas de acero cerradas que avanzan hacia un destino incierto. Titule a esta foto "Paseo desierto y líquido", lo segundo, por la circunstancia meteorológica que me animó a tomar la foto, y lo primero, por la ausencia de clientes y vendedores en el llamado paseo comercial. Al menos este día, la lluvia sirvió como excusa para no abrir el changarro.
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La evolución de las especias

Ahora que se recuerda y se celebra tanto a Darwin, vale la pena retomar sus teorías sobre el origen de las especies para analizar la evolución de las especias en la vida local, por ejemplo como un hombre bien intencionado, tan bueno como la canela, según dicen que es José Ángel Pérez, luego de casi cuatro años de ejercer el poder público queda convertido en un sarcástico humorista, amargo como el azafrán, que al grito del año de Carranza, con los de Hidalgo no alcanza, justifica la sindicalización en calor de sus allegados con el sesudo argumento de que en otras administraciones se hizo lo mesmo. Con gran malicia literaria, el alcalde saliente se declara devoto de la filosofía del ¿y por qué yo no?, redefiniendo el paradigma de Fox, otro insigne pensador panista, expresidente y cantante grupero que puso a bailar a la opinión pública con su éxito “¿Y yo por qué?”, además de legar a la historia musical estribillos melódicos como el de “con botas de charol, los mandatarios se ven mejor”.
Como buenos alquimistas que son, los políticos saben que poco importa confundir la gimnasia con la magnesia, o la pimienta con el pimentón, de hecho, para ellos son la misma cosa, lo mismo da censurar la existencia de una dirección una vez que se deja esa encomienda, que decirle al presidente electo como debe gobernar luego de un período donde al buen Rodolfo Walss lo chamaquearon por todos lados, y aún así se las ingenió para recomponer su genoma político y pasar, en lenguaje científico, de un ayuntamientolopitecus secretarius a un innecesarius planeaciun directurs, con involución de salario incluida. Ahora por la vuelta de los procesos genético-electorales y gracias a su capacidad de adaptación, será un minoritarius regidorus, que en lenguaje plebeyo significa regidor de minoría, y que según la definición clásica de la nomenclatura, es una criatura chillona especialista en rasgarse las vestiduras y denunciar los excesos del gobierno en turno, aunque incapaz de transparentar el uso de los recursos que recibe para labores de gestoría social.
Aromática y picante como el jengibre es la propuesta de Eduardo Olmos de exhibir en la Plaza de Armas a los funcionarios que se sindicalizan como orugas transformadas en mariposas sin el lento trámite de la crisálida, aprovechando que la naturaleza, no la de Darwin, sino la del sindicato de Parques y Jardines, permite ese tipo de mutaciones, aunque el término que mejor les acomoda es la permutación, ahora que ya se conocen algunos de los beneficios obtenidos con esa habilidad negociadora inherente a un organismo sindical de baja estofa y aún más bajo precio.
Lo que no ha dicho el alcalde entrante es si el lugar donde estarán aglomerados los listillos ex de confianza, tendrá barrotes o al menos un vidrio especial para proteger a la ciudadanía de su influencia nociva, tampoco ha dicho si los visitantes podrán acercarse y tomarse fotos con esos raros y caros ejemplares, los que no faltará seguramente serán los anuncios de “prohibido alimentar a las fieras” pues está más que demostrado que muerden la mano de quien les da de comer. Otro detalle, la idea puede resultarle mal a Olmos Castro, pues significaría mantener sucio el Centro Histórico de la ciudad al menos en horario de oficina gubernamental, si bien el tufo puede aminorarse con las salidas a desayunar, el almuerzo y la charla de café con tomillo y clavo, hábitos diarios que consumen mañana, medio día y primeras horas de la tarde de uno que otro funcionario y que son cumplidos con exactitud no inglesa sino gandalla.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Reyes y boleros




Son ajedrecistas, también boleros velocistas y transeúntes mesurados. Sobre la magia de ese tablero con 64 casillas, dos ejércitos dispuestos a sacrificarse por la gloria de un rey, libran una batalla donde la estrategia adecuada es el arma definitiva. La diferencia entre ganar o perder puede ser tan pequeña como un segundo. Un ambiente de sana competencia al alcance de sus pasos, también bolean bien así que no hay desperdicio por ningún lado, esto en la Plaza de Armas de Torreón.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Bajan del cerro


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Los lutos de la fiesta

Pocas cosas pueden acelerar la conformación de un bloqueo creativo como el confrontarse con una realidad estruendosa, vivir inmerso en un concierto de rock pesado, sometido a las descargas atronadoras de una guitarra eléctrica AK 47. Para disipar esos nubarrones auditivos subo el volumen de las bocinas mientras John Turturro en el papel de Iván Luzhin pronuncia en su doblaje al español: Como dijo el Condenado a Muerte de Puskin: “Procedamos, si es su voluntad”. Todas las felices casualidades, felices porque logró reunirlas, siguen cayendo a pedazos, dando forma al rompecabezas dispuesto en mi mente. Una partida de ajedrez termina con el suicidio de la torre negra y los peones que actúan en contra de su rey blanco, cortando las rutas de escape y facilitando la diagonal del alfil magnicida que da un jaque mate sorpresivo, contundente, inspirado, tres cualidades que hablan de una violencia inteligente, de una genial brutalidad, eso también es arte. Para distraerme de mis obligaciones leo la versión pesimista del mundo, mi atención se estanca en las fotografías con la sangre impresa que da un fúnebre color a las imágenes en blanco y negro. Reconozco esa calle, dos o tres rostros curiosos me resultan familiares, no hay datos de los fallecidos, la parca no necesita credenciales, conoce a las personas y lo más importante, tiene a la mano el reloj de cada uno, hay una historia en la Antología de la Literatura Fantástica de Borges, Byoy y Ocampo, donde un sirviente, digamos de Torreón, no recuerdo con exactitud los nombres pero sí la esencia del relato, pide a su amo permiso para viajar sin demora a, digamos, San Pedro. Expone que se ha encontrado con la muerte y que está lo ha visto feo, el sirviente tiene miedo y por tanto, quiere huir. Se marcha sin demora. Esa misma tarde, el amo se topa con la parca y le reclama por asustar a su criado, ella se defiende, explica que su mirada no tenía la intención de asustar, era un gesto de sorpresa porque su libro de citas indicaba que debía recoger al sirviente esa noche en San Pedro y le extrañó verlo en Torreón a temprana hora. Una vecina comparte sus penas, se murió su perro, se murió su pez, también el teléfono, la cosa está de la fregada, pero no tanto como en el Cementerio de Mascotas, ese nicho de horror donde las resurrecciones son posibles, donde se burla a la extinción del ser con un leve cambio de corte infernal en la personalidad de los difuntos que vuelven a caminar sobre la tierra. “Los fosfatos se justifican” grita Iván Ilych, otro ruso genial, este de Tolstoi, que lleva la muerte antes del nombre. En algún lado leí que la vida es una enfermedad de transmisión sexual, no otorgo el crédito correspondiente porque desconozco al autor intelectual de ese embarazo psicológico, la frase viene a cuento ahora que empieza a degenerarse el proceso vital, porque vivimos en otra época digna de una novela como La Peste, donde los días se reducen al mero ejercicio de la supervivencia, empero falta la mano de Albert Camus para ilustrar el ambiente enrarecido por el tufo temible de la descomposición a destajo y la pequeñez de la existencia humana frente a fenómenos inscritos en el genoma de la naturaleza. No obstante, las causas de la peste moderna son otras, distintas a las regulaciones naturales, tampoco son producto de la mente científica. La ambición, la violencia, la saña, la venganza, demuestran de forma eficaz el valor infinito del sistema numérico, ese invento capaz de contar la eternidad, como se cuentan los caídos.  No debería extrañarme nada de esto, la muerte es parte de la vida. Entiendo las reglas, aún así, no me gusta que se declare muerto a Mario Benedetti, prefiero decir que sufre un bloqueo creativo permanente. Otro difunto reciente es el Estadio Corona, inmueble que murió y se llevó con él lágrimas de tantos y tantos deudos a los que deja desamparados, me pregunto cuántos de ellos dejaron de comer esta semana y se apretarán el cinturón en los próximos días, para estar presentes en la magnífica inauguración del nuevo territorio santista. Salud por nuestros muertos, y digamos fútbol como quien dice "Viva, la vida loca".

Ángel caído

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Los fieles difuntos y el terror no tan fiel

Pocas cosas conmueven tanto a un servidor como las imágenes de una mujer, de un hombre, de pie o sentado, junto a una lápida blanca, dicen que recordar es volver a sufrir esa ausencia perentoria, esa necesidad del otro interrumpida por esa condición inexorable que es la muerte. Pero también me agrada la contraparte, la música, las flores, las letras que recuperan su negrura gracias a la precisión del pincel, la alegría que da pie a los chascarrillos porque la familia se reúne de nueva cuenta, porque el día de los fieles difuntos es también una celebración de la vida. Me conmovió sobre manera un detalle visto en una tumba del panteón municipal, dos globos atados a una cruz, “te quiero mamá” la frase sobre el fondo rosa, “te quiero papá” sobre el fondo azul, frente a eso, los comentarios sobran.

Otra fecha que me mueve las entrañas, porque la aprovecho para darme un festín cinematográfico, es la noche de brujas. Aunque tarde, les presento mis recomendaciones para mantener su pulso acelerado y los ojos fijos en algunas joyas del séptimo arte nacional disponibles en medios impresos, noticieros televisivos, programas radiales y páginas de internet.

Vea “Las profecías de Nostradamus”, donde un médico oscurantista y alcalde de un municipio nuevoleonés anuncia la muerte de un presunto empresario del secuestro antes de que las autoridades divulguen la noticia del fúnebre hallazgo.

Predecible pero entretenida, mi segunda recomendación es “El juego del miedo”, una saga de seis películas estrenada en diciembre de 2006, que desarrolla de forma terrorífica y magistral el tema de la crisis de legitimidad. Esta serie verá su parte final en el 2012 y cuenta la historia de un presidente desahuciado, víctima del cáncer de las derrotas electorales, que atrapa a mexicanos pobres, suicidas en potencia, y los reta a un juego de supervivencia para enseñarles el valor de la vida. Con hasta tres salarios mínimos como únicas armas, los cautivos deberán resolver acertijos económicos para escapar de trampas poco imaginativas pero mortíferas como el aumento a los impuestos, el desempleo, la militarización del país y demás, si es que quieren ver la luz al final del sexenio.

“Crónica de unas muertes anunciadas”, es un filme que combina elementos del género fantástico y de terror. La influencia de cuentos de Julio Cortázar como “Una flor amarilla” y “La noche boca arriba” es evidente. Narra la historia de un niño que nace 56 veces en estados como Coahuila, Durango, Nuevo León, Chihuahua, etc. En todas sus versiones, este niño decide convertirse en periodista y en todos los casos, termina con una bala en la cabeza.

Un clásico imperdible en esta temporada es “La danza de los vampiros 2”, genial parodia de películas como “Drácula, muerto pero feliz”, y “Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo”, donde los hilarantes congresistas vampíricos que en la primera parte aprobaron el experimento llamado IETU creando una nueva raza de evasores fiscales y trabajadores informales, vuelven a la carga con una reforma fiscal que causa espanto entre un grupo de jóvenes potentados. Los empresarios modelo y filántropos de hueso hacendario, recurrirán a la ayuda de sus voceros para volcar la opinión pública a favor de su causa.

“El exorcista”, una obra maestra del terror, en la que un alcalde avejentado por el ejercicio del poder y su sucesor, un joven viejo rival político deben hacer frente a una empresa que tiene poseído, contrato de por medio, el servicio de limpieza en la ciudad. El alcalde saliente deja que empeoren las cosas al grado de que la empresa gana el favor de un juez federal que ordena la extensión de su contrato con las mismas condiciones que el anterior, causando miedo entre quienes comparan los cobros por tonelada de desechos en distintos puntos del territorio nacional. Esa historia se queda en continuación, con el riesgo de que se prolongue por tres lustros más. Deléitese con este menú de joyas cinematográficas, no se arrepentirá.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Impuestos y mentiras

Qué les puedo decir, estamos condenados a vivir tiempos interesantes, a nivel federal resuena el clamor en contra de la miscelánea fiscal aprobada por los diputados, porque otra vez se perdió la oportunidad de hacer las cosas bien, otra vez se le carga la mano a los de siempre, los argumentos no varían con respecto al año pasado, la misma rebatinga, el mismo atraso. Con los políticos pasa lo mismo que con los jugadores de un equipo de futbol que pierden un partido, se escucha el mismo discurso, hicimos lo mejor pero el resultado fue negativo, quedamos en deuda con nuestra afición, tuvimos fallas pero confiamos en recomponer el camino. Políticos y jugadores suenan igual porque, al final del partido, un marcador adverso resulta tan dañino para la moral del populacho como un alza en los impuestos. Y ese daño al patrimonio anímico le duele a su servidor luego de leer que ahora los vicios legales serán más caros. Otro vicio, que es también una herramienta de trabajo, de entretenimiento y de fascinación: el internet, se salvó y no costará más. No obstante, yo los invito a ver el lado bueno de las cosas, con el aumento, se viene también la enésima oportunidad para dejar de fumar y bajarle a la bebida. En México, la crisis es una estación del año que, a diferencia de la primavera o el otoño, dura 12 meses y aún así persisten los fumadores activos y los alcohólicos desde el bebedor social hasta el empedernido o catarrín. Lo más seguro es que al final, cualquier intentona por dejar el tabaco o la embriaguez, será, como las interminables dietas que se empiezan un lunes y se acaban dos días después, una mentira más del PIM o Producto Interno de Mentiras que, según una encuesta de Consulta Mitofsky, asciende a las 94 mil millones de falsedades al año, con un promedio de cuatro al día por persona. Gracias a ese ejercicio descubrí que soy parte de los dos de cada tres mexicanos que ven a la mentira como necesaria y justificable. Un graffiti destacado por Eliseo Alberto, escritor cubano radicado en México, dice: Basta de realidades, queremos promesas. Aquí cabe mencionar que toda promesa es una mentira hasta el día en que se cumple. Pero resulta que en manos de un político con aspiraciones una promesa es el pan de cada elección y hasta en los contratos verbales vienen letras chiquitas como la salida priísta de que al prometer no subir los impuestos se referían exclusivamente a alimentos y medicinas. Fíjense como serán las cosas que un numerito nos trae patas arriba, un 16 por ciento al IVA que si lo vemos aislado parece poco, ni por asomo se huele que esa sucesión natural, ese brinco del 15 al 16, es la cifra ganadora de 30 mil millones de pesos a recaudar en el 2010, año futbolero por excelencia y en el que coincide el bicentenario por el inicio de la independencia mexicana. Y hablando de mentiras, según la encuesta de Mitofsky, el primer lugar en la lista de las falsedades más utilizadas por los connacionales en el interior de la república lo ocupa la frase “no me llegó tu mensaje”, con la plata se quedó el “sólo somos amigos”, y más rezagado llegó el “te lo juro, no se lo voy a contar a nadie”, otras mentiras destacadas fueron la del “sí, choque, pero el otro tuvo la culpa”, “llámame en cinco minutos porque estoy en una reunión” y sentencias típicas como el “no eres tú, soy yo” y “la última y nos vamos”. El mexicano miente por tres buenas razones, por necesidad, por conveniencia y para evitar conflictos, y es que como dice Arjona, una mentira que te haga feliz vale más que mi cuello roto, como sea basta de realidades queremos promesas y si no díganme qué pasa con el agua y la basura en Torreón, sí sabíamos que la mejor policía del norte del país iba a estar en chino, pero tanta inversión que se hizo en los famosos megatanques y ahora resulta que se están cayendo los drenajes, y los chorritos de agua que se hacen chiquitos y más chiquitos, mientras que el tema de la basura se perfila como otra herencia incómoda, un espacio a oscuras sobre el cual la actual administración no alcanza a echar ninguna luz y sólo aporta más sombras. El alcalde entrante, deshoja la margarita llamada gabinete, o equipo de trabajo, y es que el nivel municipal no da para vocablos tan elegantiosos. Estamos condenados a vivir tiempos interesantes, pero, si la vida es sueño, quién asegura que todo esto no sea sino otra mentira.

lunes, 19 de octubre de 2009

En el blanco

Pocas veces los lugares comunes consiguen complacerme, es difícil que una frase como “eres la luz de mis ojos” o “negro como boca del lobo” cause en mi otra impresión que no sea el censurar la falta de creatividad de quien la dice. Por eso me causó tanta gracia el descubrirme riendo luego de leer el remate de Eduardo Holguín, en su columna de este lunes, risa provocada por lo acertado de su comentario. El domingo fue un día enfermo, desde muy temprano llegaron los estertores del plomo, la tos que causa calosfríos en todas las células socialmente sanas de la ciudad. Como dicen las vecinas, sonaron las tartamudas y cuando eso sucede le digo a mí Torreón: hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces. Los últimos balazos se escucharon mientras revisaba la página de los resultados preliminares de la elección para alcalde. Pasada la media noche, después de leer la columna mencionada, como los alumnos que a pregunta expresa del maestro responden “yo pienso lo mismo que mi compañero”, coincidí plenamente con el economista en su afirmación de que el señor presidente electo, Eduardo Olmos, hoy, como nunca, se sacó la rifa del tigre.

Con el triunfo príista se puso punto final a uno de los procesos más deslucidos de la historia reciente del Municipio, y es que la sana competencia electoral no lo fue tanto, daban ganas de ahorrarse el dinero de las campañas y darle al candidato del PRI su constancia de mayoría sin tener que pasar por requisitos indispensables de toda elección como las denuncias por compra de votos, las listas nominales rasuradas y las crónicas de una elección tranquila que, al menos por el rumbo de la colonia Torreón y Anexas, surponiente municipal, inició de forma trágica. Tres muertos, presencia policiaca, y balaceras a lo largo del día, a pesar de la presencia policiaca, fueron los ingredientes que dieron un sabor a plomo caliente a esta elección insípida desde el punto de vista boxístico por la confrontación de un peso supermosca contra un ligero, la diferencia de 20 libras o puntos porcentuales, da cuenta de lo disparejo de esa contienda.

Las elecciones dejan la impresión de que hizo falta algo de salsa, de picante, aunque fuera un audioescándalo al estilo del candidato panista Mauricio Fernández, ganador de la alcaldía de San Pedro Garza García, Nuevo León, y su pacto de caballeros con un cartel para garantizar la seguridad en ese municipio.

Ahora, el meollo de este circo es cómo domar al tigre, y hacia eso debe apuntar sus miras el equipo de Olmos. Un sello distintivo de las campañas fue que empezaron y terminaron con el estruendo de las detonaciones. El 15 de septiembre pasado, el ahora presidente electo tenía programado un mitin en la plaza de San Juanito de la colonia Constancia. Al sonoro rugir de las armas, la gente se dispersó y las playeras rojas con el nombre del candidato del Rescatemos Torreón se fueron como ráfagas de aire a soplar sus vítores y porras a otro lado. Esperemos que lo que pasó con el candidato no se repita con el presidente.

El hilo negro de la trama pasa por los nudos que no han podido desatarse, el desempleo, la pobreza, la inseguridad, los sones de siempre que deberán ser interpretados de una forma eficiente por el ex secretario de desarrollo regional, ex diputado local y federal, ex secretario de obras públicas, que se ha colgado una nueva estrella en la solapa de su carrera política.

Precisamente en estos días me dio por jugar risk, que significa riesgo, un juego bélico en el que avanzas a tus tropas, uno o dos cuadros a la vez conquistando capitales y puertos, del mismo modo debe avanzar el nuevo alcalde si no quiere permanecer cuatro años sentado sobre un polvorín que de un momento a otro, simplemente explota. Me pregunto si el señor Olmos traerá látigo, flecha o cerbatana, de cualquier modo, ahora que sacó premio, la única alternativa es dar en el blanco.

viernes, 16 de octubre de 2009

El río de las cosas

Tan simple, tan sencillo, es el río de las cosas;

ese caudal fugaz donde se juntan los ramales sin fin de la memoria.

Hoy, por ejemplo, recordé aquel guamúchil a la entrada de mi casa;

su olor de vaina fresca, sus frutos como mejillas de una quinceañera.

Luego, ese custodio maduró de más, se hizo viejo y un buen día, se convirtió en cenizas.

Mi primer perro ladraba, comía, dormía;

vivía para reír con su colita, llorar con su colita;

era un cola suelta, y, cuando llegaba con el rabo entre las patas, un hipócrita adorable.

Luego, fue variando sus costumbres:

cambió el paso veloz por un rengueo;

engordó un poco, mucho, demasiado;

hasta que se durmió en un sueño perfecto.

Tan simple es la vida de las cosas:

amanecer, atardecer, anochecer,

amontonar luz sobre luz, sombra sobre luz y sombra sobre sombra.

Ahora que he perdido vitaminas, el gusto por el sueño,

y dedico mis ratos de ocio a derivar conclusiones minúsculas,

estoy cercano a convertirme en mi propio recuerdo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Extraños entre nosotros

La gente es extraña así comienza una canción emblemática de Las Puertas (The Doors), y de verdad que la gente es extraña, en plena ebullición por el triunfo de México ante El Salvador y la obtención del pase al mundial de Sudáfrica 2010, me llegan noticias de una entrañable amiga, sobre una puesta en escena donde el argumento principal es la xenofobia y los actores: un hondureño, una mujer asesinada, otra gravemente herida, la indignada sociedad saltillense, el coro, lastimosamente no griego, conformado por los oportunistas de siempre, es decir los diputados locales, los medios de comunicación empeñados en resaltar el origen del homicida, y Belén, Posada del Migrante, un refugio temporal para indocumentados. Del actor foráneo, Reyes Gustavo Ardón Alfaro, es mejor que hablen sus compatriotas, los siguientes son comentarios extraídos del portal del diario La Tribuna, de Tegucigalpa, capital hondureña. El usuario Hondurasesunatrucha dice: Al menos a éste lo castigan ejemplarmente. A ver si otro catracho se pone a matar gente sabiendo que le dan 60 años. Elindio dice: Otro mal hondureño que le hace mucho mal a su patria y demás personas. Conclusión: un crimen es un crimen aquí y en Honduras, y en todas partes causa indignación, solidaridad con los que sufren y la exigencia de que el responsable sea castigado. De Perla Judith Quintero Caballero, asesinada con saña infinita, y de Leslie Flores Treviño, herida aunque viva al fin, sólo podemos decir que fueron víctimas de un ser humano poseído por un demonio que carece de nacionalidad, un demonio universal, la pobreza. Otras víctimas del crimen por supuesto son las familias de las dos mujeres. La indignada sociedad saltillense tiene razones de sobra para estar molesta, para exigir que se castigue al culpable, y demandar esa seguridad que hoy en día es un elemento escaso, y extremadamente valioso. Lo que no tiene justificación son los ataques contra los centros de asistencia a los migrantes, las injurias y amenazas que se vierten sobre indocumentados y personal de esos centros. De acuerdo con diversas ONG´s, los medios de comunicación, con titulares como crimen de hondureño, mujer asesinada por migrante, han contribuido a generar el clima de xenofobia que se vive alrededor de los indocumentados y de los albergues que los ayudan. En un plano de intolerancia más elevado se ubica la actuación de algunos sectores que, por vías contrarias al afán legítimo de justicia, han convertido el crimen del extranjero en una cacería de casas de migrantes. Ahí están los diputados, el coro dividido por las iniciativas para aumentar los impuestos, mas unificado a la hora de sacar tajada de las desgracias. Las ONG´s de nombres tan largos para tan poco espacio, señalan que se está criminalizando a los migrantes y la acción de instituciones y personas defensoras de los derechos humanos, como la ya mencionada Belén, posada del Migrante, con acciones como el punto de acuerdo aprobado el pasado seis de octubre por el congreso local para solicitar a la Cámara de Senadores, reformas a la Ley General de Población, enfocadas a regular a las instituciones que apoyan a los americanos en busca del sueño norteamericano. Esa solicitud no es producto de un análisis riguroso, ni de un estudio concluyente, está hecho con las entrañas, o al menos así lo denotan las palabras del legislador panista, Carlos Ulises Orta en un discurso en el que llamó a dejar de ver la aplicación de la ley y la protección de los nuestros como algo que viola los derechos humanos de los extranjeros denunciando la protección que reciben en posadas, albergues y refugios. Antes, el legislador refirió que el brutal asesinato de una ciudadana a manos de un extranjero fue cometido por un simple robo. Pero robar no es sencillo, tan no lo es que en México hay, reconocidos por el gobierno, más de 56 millones de pobres, pero no hay 56 millones de ladrones, aunque con los que tenemos es suficiente para darle en la torre a este país. Si de asesinos migrantes se trata, sólo basta con recordar a Ángel Maturino Reséndiz, mexicano ejecutado en Texas el 27 de junio de 2006 por uno de los 15 crímenes a los que fue vinculado. Y sin embargo, ¿Qué sería de México sin los más de 20 mil millones de dólares que representan las remesas enviadas anualmente desde los Estados Unidos? En nuestro país debiera ser delito mentirle a la población, prometer empleos y una mejor calidad de vida, porque de esas mentiras, surgen cosas simplemente brutales, como un robo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Fundadores desaparecidos

El tres de octubre de 2008, un árbol fue tragado por la tierra. Personal y paseantes fueron desalojados para evitar pérdidas humanas. Desde entonces el parque Fundadores ha permanecido cerrado a los vecinos que, desde el perímetro del sitio de recreo, anhelan la rutina de caminar, jugar o noviar a la sombra de este pulmón de Torreón. La conmemoración ha pasado desapercibida, después de todo, la opinión pública está ocupada en temas como elecciones, crisis económica, inseguridad y el decisivo partido de la selección mexicana contra el Salvador.

Dos boquetes, dos abras provocadas por la avenida del río Nazas le recordaron a las autoridades y a la sociedad que el cuerpo de agua busca, por vías subterráneas y superficiales, sus antiguos cauces y terrenos. A partir de esa fecha mucho se habló de la necesidad de analizar los hundimientos, cosa que harían el servicio geológico mexicano o el instituto mexicano de tecnologías del agua, para evaluar las condiciones del subsuelo. Se dijo que Conagua, Municipio y Estado se coordinarían para realizar los estudios, pero las autoridades no han cumplido y las cosas siguen sin cambios, sin solución. Esto no es privativo de las abras del Fundadores, en las colonias Plan de Ayala, Maclovio Herrera, Nueva Rosita y Vista Hermosa también aparecieron hundimientos, la mayoría de esos pozos fueron rellenados a pesar de que no se contaba con la investigación ni las recomendaciones expertas que tanto se cacarearon.

Al principio se dijo que el Fundadores permanecería cerrado al menos tres meses, esa cantidad ya se multiplicó por cuatro y nos dio la oportunidad de poner la primera velita en el pastel. Para los que gustan de llenar el calendario con efemérides, ahí tienen un aniversario más a tomar en cuenta.

También hay que mencionar que el destino hace muy bien las cosas, basta con referir que el honor de convertirse en el primer presidente del Fundadores, le correspondió al hoy alcalde saliente, José Ángel Pérez, quien tomó posesión del principal encargo municipal precisamente en las instalaciones del parque.

Ubicado en el lugar donde se encontraba otro parque de diversiones llamado la zona de tolerancia, que por ahorro de saliva era conocida simplemente como la zona, el Fundadores se convirtió en parte de la vida de quienes gustan de salir a caminar o se dan su tiempo para la convivencia familiar en sus juegos, bancas y jardines. La cancha de basquetbol techada rápidamente se hizo de una clientela fiel al igual que la de babyfut. En el 2007, como parte de un taller de fotografía que impartí a niños del Cerro de la Cruz, uno de los sitios que visitamos fue ese parque y quede maravillado con lo familiarizados que estaban con sus atracciones: la cascada, el puente de madera, los sauces llorones, el auditorio eran paradas obligatorias para la foto.

Hoy sólo se observa a la gente sentada en las afueras de este lugar, cerrado, desaparecido, secuestrado por la presencia de los hundimientos, que, como ladrones, han despojado de una parte de su rutina a los asiduos clientes del parque. Es sorprendente la capacidad de algunos lugares para generar pesadumbre. La nostalgia avejentada de algunos todavía escucha la música y el desenfreno en aquel espacio de sórdido recreo que era La zona; por otro lado, la nostalgia juvenil de otros rememora aquellos domingos de cascaritas en el Fundadores; aquel túnel del amor que era uno de sus pasillos.

Las banderas situadas en su acceso principal, que daban la bienvenida a los paseantes, hoy son las insignias de una huelga forzada, que no tiene para cuando resolverse.

jueves, 17 de septiembre de 2009

La respuesta

Mario, sólo tengo dos preguntas que hacerte

Qué hace la doble cruz en tu apellido

También dime, si en verdad estás muerto

Yo no lo creo, no señor,

Soy fiel a la duda del apóstol,

No leer, no creer

Y en tus libros, no he encontrado tu muerte.

Para decir: te has ido, hace falta sentir que ya no existes

Hablar de ti en abstracto

En tono enciclopédico

Quizá volverme experto en enredar tu clara

Horizontal poesía

Hasta volverme loco

Quieto, Mario,

Ya no es hora de que tu voz manifestante

Salga a tomar las calles

Deja en paz esa mancha

Que parece de sangre, nuestra sangre

Esa bondad sonora

en tu verso constante

no pertenece a este lugar absurdo

al final de la fila

donde sólo se escuchan los gritos radicales

desorden que el orden amedrenta.

Mario, dicen que te has quedado sin palabras

Como inerte volumen o mudo manuscrito

arrinconado en el estante negro de un archivo de huesos.

Pero yo no lo creo.

Si te conozco un poco, sólo un poco

Sé que estás escondido a la sombra de un roble

Contemplando la vida amorosa y tremenda

presto a cortar los versos cultivados

en el jardín botánico.

En cualquier parte puedo decir que permaneces.

Te escucho con mis ojos, como dice Quevedo

Al final del poema, donde todos fallecen

Mario, tú alzas la mano y dices: Yo me quedo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Un pozo con fondo

Además de las tomas de Torreón del período revolucionario (1911 y 1913), otro asalto que merece grabarse con letras mayúsculas en el registro de la historia local es La toma del Pozo, ocurrida la madrugada del 20 de marzo de 2008. Esa noche, al amparo de las sombras, elementos de Seguridad Pública entraron al predio marcado con el número 476 de la calle Múzquiz. Con el factor sorpresa como principal aliado, las huestes municipales vencieron la resistencia de la guarnición, conformada por un velador al que sometieron sin gastar un solo cartucho. Al mediodía, los posesionarios del terreno intentaron recuperar el Pozo aliancero con el refuerzo de un abogado, pero la arremetida fue rechazada por los escasos policías que superaban en número al jurista y a los demandantes. Así comenzó la construcción del llamado estacionamiento Plaza Comercial Alianza. El discurso que siguió se manifestó de dos maneras, por un lado, la autoridad municipal declaraba que se había actuado conforme a derecho y por el otro, reconocía que lo más sensato era llegar a un arreglo para evitar que el juicio de amparo promovido por los demandantes interrumpiera la ejecución del proyecto.

Así transcurrieron los meses, y el Pozo fue cambiando su fisonomía, con las rampas y pisos de concreto, con la grúa que se alzaba sobre todos los techos del área comercial transportando materiales y trabajadores. Primero se dijo que estaría listo en abril de este año, luego, que en junio, finalmente, más de un año después, más de 33 millones de pesos después, la semana pasada abrió sus puertas.

En sus orígenes el proyecto integral de rescate del sector Alianza planteaba, además del estacionamiento, la remodelación de fachadas al menos en el perímetro exterior del mercado, otra renovación necesaria para cambiar la avejentada cara de pasillos como el de la calle Viesca, la prolongación Hidalgo o la misma prolongación Carranza, desde el pasado jueves esta última calle es una especie de dos caras, con una acera modernizada por la obra del estacionamiento y la de enfrente que pertenece a otro siglo.

Los comerciantes dicen confiar en que la obra inaugurada les permitirá recuperar parte del terreno perdido en ese proceso de inerme degradación que ha caracterizado a la Alianza en los últimos años y que se agudizó a partir de situaciones fuera de su control: la salida de los camiones Torreón-Gómez-Lerdo en septiembre de 2007, la inseguridad que se robó el ánimo de los clientes que ahora prefieren comprar en otros lados y la crisis económica que obliga a ajustar presupuestos y cargar con bolsas de mandado más ligeras.

Aún así, todavía hay fieles que realizan trayectos tan largos como acudir al mercado desde extremos de la ciudad como el fraccionamiento Santa Sofía, que para mayores señas, se ubica por el rumbo de la carretera a Mieleras en el extremo suroriente de la ciudad. También están los otros fieles, los que bajan o suben a los camiones de Nazareno, Villa Juárez y Jimulco, y que en estas semanas de lluvia pasan volando sobre los pasillos enlodados de la Alianza. No me olvido tampoco de los que tienen su lugar apartado frente a los tacos de hígado de la 5 de mayo, o el pozole en la Múzquiz o el licuado en la prolongación Hidalgo. Hay más, como aquellos que se quedan dormidos en su suelo.

Porque la Alianza es un lugar para estacionarse frente a los puestos de verduras, chicharrones, gorditas, dulces, alimento para mascotas y demás. Que los trabajos se tardaron, pues sí, sí se tardaron, lo mismo pasó en los Paseos Comerciales Cepeda y Valdez Carrillo. Los pretextos son lo de menos, la falta de liquidez, la escasez de materiales, todo eso deja de importar ante lo realmente importante, rescatar ese patrimonio tangible que es la vida del mercado. Que les falta drenaje, pues sí, pero ya tienen techumbre, que les faltan los camiones rojos y verdes, pues sí, pero ya tienen estacionamiento, que muchos clientes se fueron, pues sí, ahora hay que pensar el modo de hacerlos regresar, tarea que no será sencilla.

Sí hay algo seguro es que el sector Alianza seguirá cambiando, con la Harinera inaugurada esta semana se dio otro paso, con el sistema vial vendrá otro.

En esos pasillos y locales destinados a la economía del día a día, se escriben historias alegres, tristes, graciosas, incluso épicas como la que hoy recordamos: la toma del Pozo, un capítulo más de la belicosa vida en la ciudad.

martes, 1 de septiembre de 2009

Gracias por el agua

La risa que desfigura el rostro y regocija el alma y la capacidad de pensar antes de cometer el mismo error son atributos que distinguen a los seres humanos de los animales. Yo agregaría otro elemento distintivo: el agradecimiento, el reconocer la buena acción, el favor que nos hacen, es sencillamente invaluable. Ayer tuve la oportunidad de ejercitar esa virtud. Salí del café cuando la noche y la lluvia ya se habían combinado para ofrecer unas horas frescas y oscuras a esta ciudad levantada sobre polvo caliente. Al principio, me enfadó la idea de conducir sobre el pavimento mojado, tan proclive a accidentes.

Subí al carro, que es de todos ustedes, y tomé la calzada Colón. Las luces públicas destellaban sobre el arroyo vehicular, reflejadas en los charcos que se forman principalmente a junto al camellón. Temeroso de que las llantas patinaran no levanté el velocímetro más allá de los 60 kilómetros por hora y mi recompensa por tan cobarde acción no tardó en llegar. En el cruce con la avenida Matamoros, una camioneta se pasó el semáforo que, enojado, le pintaba el alto. Ese fue el primer gracias, muchas gracias de la noche, porque los charcos me habían convertido en esa especie de conductor que intentan forjar los maestros de las escuelas de manejo y las personas que examinan a los solicitantes de licencias tipo a, para automóviles particulares, el conductor cauto que respeta los límites de velocidad y maneja a la defensiva.

Luego, sobre el bulevar Independencia, me dieron ganas de fumar un cigarrillo, un mal hábito que reconozco y trato de dejar 500 o 600 veces al año. Aprovechando que en ese instante la lluvia era mínima, baje la ventanilla. Apenas había dado dos fumadas cuando un automovilista preocupado por la salud de mis pulmones pasó a toda velocidad, levantando una ola que me regaló momentos de frescura inolvidables, y apagó el rubor de mi tabaco. Gracias, muchas gracias.

Cuando llegue a mi barrio, que se llama El Tajito, La Fuente, La Lázaro Cárdenas, da igual, en todos lados el barrio hace agua, pensé contemplar una hermosa región de lagos. El líquido estancado en las calles le daba un toque campestre que tanta falta le hace a mi querido barrio. Debo reconocer que tuve miedo, pesimista como es uno. Por un momento contemplé la posibilidad de que se mojaran los cables del motor. Me veía empujando mi carro con los pantalones arremangados y la falta de aliento característica de los fumadores.

No podía estar más equivocado, fue, y no temó otorgarle ese adjetivo, una experiencia placentera, al entrar al agua, me imagine como un aventurero a bordo de una lancha de motor avanzando hacia el horizonte, ese lugar donde el cielo se funde con el mar de manera que uno no sabe donde empieza uno y donde acaba el otro. Gracias, pensé emocionado, muchas gracias. Como todo lo bueno, esa fantasía terminó un par de cuadras después.

Estaba a punto de llegar a mi casa, que es la suya también, cuando mi peor temor se hizo realidad, al intentar aplicar los frenos, las llantas patinaron, ya me veía arriba del cordón, con el cofre impactado en un árbol o en un poste de luz, la cabeza sangrante después de impactarme con el parabrisas, entonces lo increíble sucedió.

Como algunos peces que se valen del camuflaje y la paciencia para alimentarse, un pozo en el pavimento, disimulado por una capa de agua, se tragó una de las llantas, deteniendo al instante el rumbo de colisión de mi auto. Otra vez dije gracias, muchas gracias, a todos los gobiernos que han dejado para después la construcción de un drenaje pluvial en mi Torreón. Solamente espero que alguno de ellos me responda un día, no hay de queso, nomás de papa.

jueves, 16 de julio de 2009

Alimentando mi teleadicción

Con la relajación de estar al margen de cualquier actividad laboral, solamente comprometido con un curso de verano acompañado de jóvenes estudiantes de comunicación, me he dedicado a aumentar mi filmoteca y creo que no lo hago mal. Apenas el fin de semana vi el último capítulo de Twin Peaks, serie de tv creada por David Lynch, que tiene varios momentos memorables para alimentar la voracidad de un teleadicto, de un aprendiz de cinefilo. Debo confesar que el ánimo decayó luego de que se resuelve la identidad del asesino de Laura Palmer, pero, no por eso, la serie deja de estar por encima de muchas otras intentonas de entretenimiento televisivo.
Ahora mi cometido es ver la serie del danés Lars von Trier, The Kingdom, Hay una versión estadounidense, pero no hay nada como lo original. Si von Trier no fuera el director de películas como Dogville o Europa, seguramente la vería de todos modos, después de todo el terror es mi género favorito en cine y literatura, gracias a aquellas noches de la infancia en las que la máscara de Michael Myers o los zombies de Romero, despojaron a mis párpados de su capacidad de cerrarse.

martes, 14 de julio de 2009

El imitador

He profesado amor a la palabra

desde que a los trece años halle una

carta sencilla y pura en mi mochila.

El ardor contenido en la misiva

era tan emotivo, permitía

oír el palpitar de la chiquilla

y su pequeña letra me entregaba

una caricia plena y espaciada.

Mi decisión de rechazar

el asilo termal de su cariño

me alejo de los hilos

de aquella tejedora de amuletos,

lingüísticos pertrechos,

desde los que atacaba mi templanza.

Mas, en la caja fuerte de mi almohada,

conserve aquella carta,

y aspire tantas veces con los ojos

el perfumado tono de la tinta,

que decidí emular aquel muestrario

de invocaciones tiernas y concisas.

Muy poco he mejorado desde entonces,

porque la vocación no es disciplina,

y la intención es vana sin talento.

Explicar lo escaso de mis logros

es acercar los ojos a las noches

que revelan el hilo de la sombra.

El poema, de repente, cobra vida,

respira, llora, juega y es mi sueño.

A veces he jurado abandonarlo,

hacer mi vida lejos,

lejos de sus alcances y potencias,

donde enfermo de cotidianidad pueda abolir

la distorsión de formas que ha puesto en mis sentidos.

Pero el poema, como un conocido ineludible,

sale de los rincones improbables,

es Eva en todas partes y el perfume

que exhala a todas horas es el mismo

de las invocaciones tiernas y concisas

hechas por una niña que aun vive en mi memoria.

Entonces me pregunto

si es verdad el amor

que digo profesar a la palabra,

o lo que escribo desde los trece años,

todos mis escritos lastimeros,

son respuestas febriles a una carta que nunca respondí.