miércoles, 14 de octubre de 2009

Extraños entre nosotros

La gente es extraña así comienza una canción emblemática de Las Puertas (The Doors), y de verdad que la gente es extraña, en plena ebullición por el triunfo de México ante El Salvador y la obtención del pase al mundial de Sudáfrica 2010, me llegan noticias de una entrañable amiga, sobre una puesta en escena donde el argumento principal es la xenofobia y los actores: un hondureño, una mujer asesinada, otra gravemente herida, la indignada sociedad saltillense, el coro, lastimosamente no griego, conformado por los oportunistas de siempre, es decir los diputados locales, los medios de comunicación empeñados en resaltar el origen del homicida, y Belén, Posada del Migrante, un refugio temporal para indocumentados. Del actor foráneo, Reyes Gustavo Ardón Alfaro, es mejor que hablen sus compatriotas, los siguientes son comentarios extraídos del portal del diario La Tribuna, de Tegucigalpa, capital hondureña. El usuario Hondurasesunatrucha dice: Al menos a éste lo castigan ejemplarmente. A ver si otro catracho se pone a matar gente sabiendo que le dan 60 años. Elindio dice: Otro mal hondureño que le hace mucho mal a su patria y demás personas. Conclusión: un crimen es un crimen aquí y en Honduras, y en todas partes causa indignación, solidaridad con los que sufren y la exigencia de que el responsable sea castigado. De Perla Judith Quintero Caballero, asesinada con saña infinita, y de Leslie Flores Treviño, herida aunque viva al fin, sólo podemos decir que fueron víctimas de un ser humano poseído por un demonio que carece de nacionalidad, un demonio universal, la pobreza. Otras víctimas del crimen por supuesto son las familias de las dos mujeres. La indignada sociedad saltillense tiene razones de sobra para estar molesta, para exigir que se castigue al culpable, y demandar esa seguridad que hoy en día es un elemento escaso, y extremadamente valioso. Lo que no tiene justificación son los ataques contra los centros de asistencia a los migrantes, las injurias y amenazas que se vierten sobre indocumentados y personal de esos centros. De acuerdo con diversas ONG´s, los medios de comunicación, con titulares como crimen de hondureño, mujer asesinada por migrante, han contribuido a generar el clima de xenofobia que se vive alrededor de los indocumentados y de los albergues que los ayudan. En un plano de intolerancia más elevado se ubica la actuación de algunos sectores que, por vías contrarias al afán legítimo de justicia, han convertido el crimen del extranjero en una cacería de casas de migrantes. Ahí están los diputados, el coro dividido por las iniciativas para aumentar los impuestos, mas unificado a la hora de sacar tajada de las desgracias. Las ONG´s de nombres tan largos para tan poco espacio, señalan que se está criminalizando a los migrantes y la acción de instituciones y personas defensoras de los derechos humanos, como la ya mencionada Belén, posada del Migrante, con acciones como el punto de acuerdo aprobado el pasado seis de octubre por el congreso local para solicitar a la Cámara de Senadores, reformas a la Ley General de Población, enfocadas a regular a las instituciones que apoyan a los americanos en busca del sueño norteamericano. Esa solicitud no es producto de un análisis riguroso, ni de un estudio concluyente, está hecho con las entrañas, o al menos así lo denotan las palabras del legislador panista, Carlos Ulises Orta en un discurso en el que llamó a dejar de ver la aplicación de la ley y la protección de los nuestros como algo que viola los derechos humanos de los extranjeros denunciando la protección que reciben en posadas, albergues y refugios. Antes, el legislador refirió que el brutal asesinato de una ciudadana a manos de un extranjero fue cometido por un simple robo. Pero robar no es sencillo, tan no lo es que en México hay, reconocidos por el gobierno, más de 56 millones de pobres, pero no hay 56 millones de ladrones, aunque con los que tenemos es suficiente para darle en la torre a este país. Si de asesinos migrantes se trata, sólo basta con recordar a Ángel Maturino Reséndiz, mexicano ejecutado en Texas el 27 de junio de 2006 por uno de los 15 crímenes a los que fue vinculado. Y sin embargo, ¿Qué sería de México sin los más de 20 mil millones de dólares que representan las remesas enviadas anualmente desde los Estados Unidos? En nuestro país debiera ser delito mentirle a la población, prometer empleos y una mejor calidad de vida, porque de esas mentiras, surgen cosas simplemente brutales, como un robo.

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