jueves, 31 de diciembre de 2009

2009

Un año más de vida, un año menos de vida. Como decía Einstein, todo es relativo, y el 2009 se marcha a donde habita el olvido, llevándose consigo buenas y malas cosas. Entre las pérdidas: lamentable la fuga de Benedetti, el escritor que cerró el paréntesis de su existencia; las muertes que acapararon un día sí y otro también las planas de los periódicos, incluidas las de comunicadores ejecutados como si de capos se tratara; la instalación de la psicosis como estilo de vida; la dictadura del sector salud gracias al golpe de estado que significó la influenza; primero porcina, luego humana; el primer cumpleaños del Parque Fundadores en su nueva categoría de elefante blanco; la caída del PAN y el encumbramiento del PRI; la representación de la Divina Tragicomedia en Iztapalapa, con la actuación estelar de Juanito, el nieto de Felipe Ángeles que voló cerca del sol con licencia de vuelo apócrifa; las poses de Juanito a pecho descubierto en el concurso de físico-culturismo; la aprobación del 16 por ciento del IVA; los presidenciables que suenan para la grande en el 2012; el clausurado bulevar Río Nazas, sobre todo el tramo al que habían sido reubicados los camiones Torreón-Gómez-Lerdo; la militarización de la vida en sociedad; el trono que deja vacante Michael Jackson, el desempleo, los más de cincuenta millones de pobres y sumando y el empeoramiento en el nivel de vida; la guardería ABC, su exceso de víctimas y su carencia de culpables; las declaraciones del clero sobre las uniones de homosexuales; las leyes anti aborto en una mayoría de los estados del país; el desempeño del Santos Laguna y los mocos de Reynoso en un juego de Libertadores; ¿alguien sabe dónde quedó el cine mexicano?; la vuelta del dengue; los aumentos en el precio de los hidrocarburos; el papel de Estados Unidos en la Copa Confederaciones que demuestra quién es el mandón de la Concacaf.
Del lado positivo, los Vaqueros Laguna que le recordaron a sus fanáticos la emoción de ganar en los playoffs; la resurrección de la selección nacional y el boleto a Sudáfrica; el estreno de Avatar; La Era del Hielo 3; los conciertos que hubo, a nivel local, Babasonicos, a nivel nacional, Metallica, Radiohead; la interpretación de Piazolla con Cesar Olguín en el Teatro Nazas y los artistas unidos por la Paz en ese mismo escenario; la abundancia de información en internet sobre las grandes mentiras del año; el video de la maestra Elba Esther Gordillo hablando de la influencia AHLNL; la inauguración del nuevo territorio guerrero y las rechiflas que se dejaron escuchar a pesar de la voz de André Marín; varios camiones letrados de la Ruta Norte de Jaime Muñoz; el intento de rescate del Centro Histórico; el estacionamiento de la Alianza y la Harinera; aunque también es un alivio el fin de la administración de José Ángel Pérez; los video-escándalos de las famosas; el twitter; el invencible Barcelona de Pep Guardiola y Messi; el nuevo Madrid galáctico; el “y que la sigan chupando” de Maradona; las funciones de box en televisión abierta y las demostraciones del “Pacman” Pacquiao; la lista de las 40 deportistas que podrían fácilmente dedicarse al modelaje; las proezas en la pista de Usain Bolt; las impresionantes fantasías hechas videojuego que le permiten a uno, además de evadirse, tomar roles únicos, como el de convertirse en el quinto “beatle”; el tiempo que duraron libres de ambulantes las aceras del Centro de Torreón; las obras para construir el Sistema Vial Alianza.
Dice Ernesto Sabato en El Tunel que vivir consiste en construir recuerdos. En su poema “En Paz”, Amado Nervo habla de que uno es el arquitecto de su propio destino. Sea cual sea el trazado que demos a nuestra existencia, los cimientos, las paredes y los acabados siempre tendrán algo de emoción, algo de razón, algo de alegría, algo de tristeza, de elementos dispares que a nosotros nos toca domar, medir, domesticar, mantener, magnificar. Este breve recuento no tiene otro propósito que el de recuperar algunos de los momentos que dieron forma al 2009, un año que san se acabó y con su partida nos brinda una nueva oportunidad de alzar la copa como aquellos bohemios de Guillermo Aguirre y Fierro, para explayarnos, en torno de una mesa de redacción, antes de que llegue el 2010 con sus nuevos impuestos no sólo monetarios, sino también emocionales, espirituales, intelectuales, físicos y con todo aquello que nutre los anuarios de la Comedia Humana.

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